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domingo, 2 de febrero de 2014

El Atleti como metáfora del cambio social

Leyendo el título, pensaréis que me he vuelto loco, pero ya veréis como tengo razón.

Esta mañana caminaba por el Puente de Toledo, fotografiando una manifestación de trabajadores de Coca Cola con el estadio Vicente Calderón como telón de fondo. La banda sonora eran gritos de "arriba todos a luchar, que se metan por el culo la reforma laboral" y "este país, no aguanta más".

Apenas seis horas más tarde, miles de personas cruzaban el mismo puente para ir a ver el partido en el que el Atlético de Madrid ha derrotado a la Real Sociedad, colocándose como líder en solitario de la liga, tras la derrota del Barcelona ayer.

¿Cuántas veces hemos oído a Mariano Rajoy y su equipo de Gobierno utilizar símiles futbolísticos o aludir a este deporte en momentos tan inoportunos como el funeral de Nelson Mandela? ¿Creéis acaso que es casualidad? En absoluto. El fútbol mueve pasiones en nuestro país y los políticos lo saben. El famoso panem et circenses (pan y circo), solo que sin pan.

¿Acaso la marca España es, en estos momentos, algo más que los éxitos internacionales de nuestros deportistas? Sacyr, Calatrava, el caso Noos, la retrógrada ley del aborto... La imagen que proyectamos en el extranjero es tan lamentable, que el mismísimo Obama -que no habrá visto un partido de soccer en su vida- solo pudo preguntar por el mundial de fútbol en Brasil... y Rajoy, tan contento.

Me atrevería a decir incluso que la llamada "cuestión soberanista" catalana es en ocasiones tratada política y mediáticamente como si todo dependiera del Fútbol Club Barcelona. Algunos políticos (y los medios de comunicación afines) utilizan un lenguaje bien calculado para apelar a los instintos futboleros de uno y otro bando.

En definitiva, en España el fútbol es religión, la religión interfiere en la política y la política, desde hace unos años, se ha convertido en fútbol.

Es indiscutible que existe un bipartidismo político en nuestro país, el pastel se lo reparten PP y PSOE. Del mismo modo, llevamos unos años de hegemonía alternante entre Real Madrid y Barça. Por eso me parece tan maravilloso lo que ha ocurrido hoy en el estadio Vicente Calderón.

Que un equipo grande pero modesto como el Atleti se cuele, a base de esfuerzo y sacrificio, entre los dos gigantes económicos que fichan estrellas multimillonarias a golpe de talonario es todo un símbolo en nuestros días, para demostrar que se puede vencer al bipartidismo. Aunque no será fácil que la liga termine así, por supuesto.

La fuerza del Atleti radica en su juego de equipo y su espíritu de lucha, probablemente orquestado por un gran líder como el Cholo Simeone. Análogamente, las debilidades de la sociedad española, y en especial de la izquierda, son a mi parecer la permanente división, el individualismo salvaje y la ausencia de líderes. Aspectos, los tres, que afortunadamente están cambiando en los últimos tiempos.

No seremos ilusos: el fútbol profesional es un foco de corrupción y todos lo sabemos. Recientemente tenemos el escándalo de Messi con Hacienda o el caso Neymar en Barcelona, pero todos recordamos al difunto Jesús Gil o los problemas de Ruiz Mateos con la justicia. Y mejor no hablar de la carta que firmaron varios presidentes de clubes para pedir el indulto de Jose María del Nido. En fin, una cosa es el negocio del fútbol y otra muy distinta, los sentimientos del pueblo, que es de lo que intento hablar.

En la antigua Grecia un héroe-atleta era una evolución de un héroe-soldado, un referente del agon (esfuerzo, sacrificio) que todo ciudadano anhelaba imitar para defender a los suyos en tiempos de guerra, y competir con orgullo en las Olimpiadas durante la paz. Es lo que sentimos cuando vimos a Rafa Nadal en la tele, compitiendo al máximo nivel incluso con llagas en la mano de la raqueta, o lo que sentimos cuando Iniesta marcó aquel famoso gol en Sudáfrica. Es la auténtica razón de ser del deporte.

Por eso el Atleti es la metáfora perfecta del cambio social y político que se avecina. Se puede derrotar al bipartidismo si se lucha con cabeza, sacrificio, unión y líderes capaces y honestos que vuelvan a ilusionarnos.

¡¡Vamos Atleti!!




Pd: El que escribe es bastante futbolero, madridista por herencia familiar. Aunque siento simpatía tanto por el Rayo Vallecano como por el Atlético de Madrid, que además este año está haciendo una temporada espectacular. Pero eso es harina de otro costal.



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